El corazón de la muchacha se sale de su cuerpo antes de que suene el primer golpe de tambor. Baila para su Amo, aquel al que ha entregado todo su cuerpo y toda su vida, renunciando hasta el fin de sus días a sus derechos, sus privilegios, sus caprichos, sus impulsos que hastas ahora le llevaban a decir 'esto no me gusta', 'esto no lo hago' esto lo dejo para otro día que tenga más ganas' y el habitual -e insolente- '¿quién te has creido que soy?'. Baila para otros Libres tan sabedores de su posición dominante en el mundo al que le han traido como su propio Amo. Baila para Mujeres que bajo el último...
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Volviendo a los origenes